Tu opinión también escribe historias
Leer un libro es una experiencia íntima. Nos sumergimos en mundos
ajenos, habitamos mentes distintas, sentimos emociones que no nos
pertenecen… Pero que nos transforman. Y cuando cerramos la última página, algo
queda: una impresión, una idea, una emoción. En ese momento, muchos lectores
deciden compartir su opinión en la sección de comentarios o reseñas. Lo que
quizás no todos perciben es que ese gesto, aparentemente simple, conlleva una
responsabilidad: la de considerar el trabajo del autor con respeto y honestidad.
Opinar sobre una obra literaria no es obligatorio, claro está.
Pero si decidimos hacerlo, debemos asumir que nuestras palabras tienen peso. No
solo influye en otros lectores, sino que también llega al autor, quién ha
invertido tiempo, esfuerzo y emoción en su creación. Por eso, más allá de decir
“ me gustó “ o “no me gustó “, es importante ofrecer al menos una mínima
explicación.
¿Fue la historia lo que te atrapó? ¿Los personajes te parecieron
planos o fascinantes? ¿El estilo narrativo te resultó confuso? ¿El final te
dejó satisfecho o con preguntas sin resolver? ¿Hubo errores técnicos, problemas
de formato, o simplemente no conectaste con el tono? Todo eso importa. Y
decirlo con argumentos, aunque sean breve es una forma de respeto.
Una crítica bien fundamentada, incluso si es negativa, puede ser
una herramienta valiosa para el autor. Le permite entender cómo se recibe su
obra, qué aspectos funcionan y cuáles podrían mejorar. No se trata de suavizar
la opinión, sino de expresarla con empatía.
En mi caso, he tenido la suerte de recibir comentarios positivos
en Amazon sobre mis escritos. Cada reseña me ha dado alegría, pero también me
ha enseñado. Recuerdo una en particular que decía: “Me encantó la historia,
pero sentí que el personaje secundario merecía en el giro más desarrollo”. No
fue una crítica dura, pero sí constructiva. Me hizo reflexionar y, para
mi siguiente obra, prestaré más atención a los personajes secundarios.
También sé que puede llegar una opinión negativa. Y si lo hace, la
aceptaré con respeto. Porque detrás de esa crítica hay un lector que se tomó el
tiempo de leerme y de compartir su experiencia. Y eso, en sí mismo, ya es un
regalo.
Opinar sobre un libro es un acto de generosidad. Es tender un
puente entre lector y autor, entre experiencia y creación. No se trata de ser
expertos literarios, sino de ser consciente de que nuestras palabras pueden
construir o destruir. Por eso, si vas a dejar una reseña, hazlo con respeto,
con argumentos, y con la conciencia de que detrás de cada página hay un ser
humano que ha puesto su alma en lo que escribió.
Porque leer transforma. Y opinar, también.
Autora: María Ramos Tejada
Educadora, escritora y Blogger
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