El perfeccionismo: Un obstáculo para el éxito

 





Alguna vez te has encontrado sentado frente a tu computadora, con el cursor parpadeando en la pantalla, sabiendo exactamente lo que tienes que hacer, pero sin poder empezar?

El perfeccionismo es un patrón de comportamiento que se caracteriza por la necesidad de hacer las cosas de manera perfecta, sin errores ni defectos. Puede ser un obstáculo para el éxito porque puede llevar a la parálisis y la inacción. Pero no te preocupes, hay formas de superar el perfeccionismo y avanzar hacia tus objetivos.

 3  trucos para avanzar

1.     Cambia tu definición del éxito: El perfeccionismo proviene del miedo al fracaso. Pero ¿qué pasaría si cambiaras tu definición del éxito? En lugar de vincular tu autoestima a tus éxitos, vincúlate a tus valores. Pregúntate: ¿cuáles son los cinco valores que guía en tu vida? Si uno de tus valores es el crecimiento personal, y decides publicar tu libro sin sentir que está perfecto, está siendo congruente con ese valor.

2.     Usa el tiempo como aliado:  La mayor trampa del perfeccionismo es dedicar horas a mejorar detalles para evitar llegar a una versión final. Divide la tarea en pasos pequeños, asigna un tiempo fijo a cada paso y avanza al siguiente cuando suene el reloj.

3.     Haz las paces con el error: Las persona resilientes no son las que evitan fracasar, sino las que siguen adelante sin machacarse. Practica la autocompasión y habla contigo mismo como lo harías con un amigo.

Te quiero compartir una lección personal sobre el perfeccionismo.

     Recuerdo cuando inicié un curso para escribir mi primer libro. Me pasé horas y horas revisando y corrigiendo cada detalle, cada palabra, cada coma. Quería que fuera perfecto, que fuera el mejor libro que hubiera escrito jamás. Pero, al final, me di cuenta de que estaba paralizada por el miedo al fracaso. Eso impedía no avanzar, y no podía  terminar el libro.

     Un día, mi maestro me dijo: “ ¿por qué no dejas de preocuparte por la perfección y simplemente escribes? Me di cuenta de que tenía razón. Así que, decidí cambiar mi enfoque. En lugar de buscar la perfección, me concentré en escribir y aprender de mis errores. El resultado, un libro publicado y desde ese día no he hecho otra cosa que prepararme y avanzar.

      Fue una lección valiosa. Me enseñó que el perfeccionismo no es el camino al éxito, sino más bien un obstáculo que puede impedirnos avanzar. Ahora, cuando me enfrento a un proyecto o una tarea, me recuerdo a mí misma que la acción imperfecta vale más que mil planes perfectos que nunca empiezan. 

Magíster. María Ramos Tejada

Educadora, escritora Blogger






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