“Confianza: no es magia, es método”
¿Te has encontrado alguna vez en una conversación donde tu
voz tiembla y sientes que toda la fuerza de tus palabras se evapora? Tranquilo,
no estás solo. La seguridad no es algo con lo que uno simplemente nace; es un
estado que podemos construir y proyectar. Y aquí está la buena noticia: ¡Es más
fácil de lo que parece!
Hoy quiero compartirte 4 estrategias
que te ayudarán a dar ese salto y reclamar tu confianza.
1.
Actúa sin esperar a sentirte seguro
La confianza no es el punto de
partida, es la recompensa. Actuar, aunque no te sientas listo, es la llave para
generar esa seguridad que tanto busca. Hace algunos años, decidí viajar sola
por primera vez. Estaba aterrorizada, pero me subí al avión sin pensarlo
demasiado. Lo que descubrí fue increíble: cada paso que daba me hacía sentir
más fuerte, más capaz. ¿Si tienes algo que llevas tiempo posponiendo? Hazlo.
Descubrirás que la confianza llega al caminar.
1.
Tu cuerpo engaña a tu mente
Sabemos que el lenguaje corporal
importa, pero ¿sabías que también puede cambiar cómo te sientes contigo mismo?
Las “posturas de poder”, cómo mantener las piernas firmes, el mentón, el mentón
alto y las manos relajadas, envían un mensaje claro a tu cerebro. “Estoy en
control”. Recuerdo una reunión importante en la que practiqué esta técnica. Me
paré frente al espejo, con una postura fuerte, durante 2 minutos. Al entrar a
la sala, mi cuerpo y mi mente estaban sincronizados. ¿El resultado es una
presentación mucho más segura?
1.
Habla despacio y pausa estratégicamente
A veces, el nerviosismo nos hace
hablar rápido, como si quisiéramos terminar cuanto antes. Pero la calma
proyecta autoridad. Una vez, en una entrevista laboral, me obligué a pausar
antes de responder cada pregunta. No solo me sentí más tranquila, sino que el
entrevistador me miró con una atención renovada. ¿Un truco? Pausa por un
segundo antes de contestar. Ese breve silencio tiene un impacto sorprendente.
1.
La técnica de la máscara
Si no te sientes seguro, crea una
versión de ti mismo que lo sea. Piensa en un personaje, alguien que admiras por
su confianza, y adopta su postura, gesto y tono. La primera vez que hablé
frente a un público grande, decidí “convertirme” en mi actriz favorita. Imité
su seguridad y movimiento, y fue como usar una capa de superhéroe. ¿Tienes a
alguien en tu mente?! ¡Pruébalo! A veces, fingir al principio nos lleva a
sentirlo después.
Para finalizar, quiero decirte que
la seguridad no es un don caído del cielo, es una construcción que se
desarrolla paso a paso. Estas estrategias no son fórmulas mágicas, pero te
prometo que con práctica y consistencia se volverán parte de ti. ¿Por cuál vas
a empezar esta semana? Toma un sorbo de tu café, decide y ¡atrévete!
Recuerda, autor que lee, escribe, publica y triunfa
Magíster: María Ramos Tejada
Educadora, escritora, Blogger.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias, por leernos, comentar y compartir