“Recuerdos selectivos”

  

Una mirada al pasado suele posarse en mi mente de vez en cuando, especialmente sobre esos buenos recuerdos que dejaron huella; otros, no tan gratos, prefiero no detenerme a lamentarlos, pues todo aquello, de una forma u otra, lo hemos superado.

Esos recuerdos, elegidos por nuestra mente, están codificados, inaccesibles para un rebobinado exacto. Lo que fue, sea bueno o malo, se desvanece en la distancia. Es como si una fuerza superior me guiara a no retroceder, a no anclarme en el anhelo ni en el reproche de aquello que ya no pertenece a mi presente, evitando así malos ratos innecesarios.

No podría explicarles cómo hacerlo, pero pueden intentarlo. Cuando esos recuerdos asomen en su mente, o alguien les pregunta por su pasado, extraigan lo mejor de ellos: las alegrías que nutren y las enseñanzas que fortalecen, incluso si no fueron placenteras. Pero no permitan que los ecos del ayer se vuelvan una carga repetida en cada encuentro, un lastre del que aún no se han liberado.

En definitiva, nada queda realmente del pasado, salvo la sabiduría que nos impulsa a mejorar o la gratitud por lo que el presente nos permite construir. Lo que fue ya no es, solo permanece como un archivo obsoleto en nuestra memoria, quizá útil para reírnos de vez en cuando…


AlexaAutorC

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