Breve relato: Marie y su entorno natural
Marie amaba a los animales desde
que tenía pocos años. Sentía que, de alguna manera, ellos comprendían el
lenguaje del amor. Molly, con su lealtad incansable, siempre estaba allí, lista
para acompañarla en sus aventuras. Al igual que Zapi y Tina, sus otras perras.
Ellas eran menos intrépidas y más calmadas que la vigorosa Molly. Zapi y Tina
ladraban mucho, siempre buscando compañía. Cada una le enseñaba la importancia
de detenerse y observar el mundo a su alrededor y sus contrastes.
Una tarde, mientras paseaba por el
bosque cercano, Marie encontró un pequeño ciervo atrapado en un arbusto. Pero
no contaba con la experta Molly, quien, al ser una border collie, adoraba
arriar a la manada. Marie sabía que en esas circunstancias podía lastimarlo,
así que, con cuidado y sin miedo, le hizo saber a Molly que ella lo ayudaría.
Cuando lo liberó, el ciervo, al sentirse libre, corrió asustado hacia el
bosque, y ella tuvo que detener a Molly, que también salió corriendo tras él.
En ese encuentro, Marie comprendió que los animales no solo eran sus
compañeros, sino seres vivos que, al igual que los humanos, necesitaban amor y
protección.
Con el tiempo, Marie se dio cuenta
de algo más profundo: los animales eran especiales y formaban parte del
equilibrio natural. Cada uno, desde la más pequeña hormiga hasta el imponente
lobo, tenía un papel crucial en el ciclo de la vida. Si se rompía ese
equilibrio, todo lo demás también podría desmoronarse.
Así, entendió que cuidar a los
animales no solo era un acto de compasión, sino una responsabilidad hacia el
mundo que compartían. Ellos, en su silencio, enseñaban a los humanos la
importancia de la armonía, del respeto mutuo y del cuidado del planeta. Desde
ese día, Marie decidió que siempre lucharía por proteger a esos seres que, con
su simple presencia, llenaban su vida de amor.
AlexaAutorC
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