Reavivando la conexión perdida con la escritura.
La escritura es más que un acto de comunicación; es una danza entre el alma y el papel, un flujo constante de ideas que se transforman en palabras. Pero, ¿qué sucede cuando las palabras que una vez fluyeron libremente ahora aparecen esquivas, y la página en blanco se convierte en un espejo de nuestras dudas? Este artículo explorará el viaje de reconexión con la escritura, un camino que muchos hemos recorrido tras periodos de silencio creativo. Desde el agobio hasta la falta de concentración, abordaremos cómo superar los obstáculos que nos impiden retomar la pluma y reanudar las palabras.
Reencontrando La musa pérdida
La página en blanco me desafía, un océano acumulado donde una vez las palabras fluían como olas, la pluma, pesada en mi mano, es un recordatorio de la conexión perdida, un lazo que una vez unió mi esencia con el papel.
El silencio de las palabras
El silencio se ha instalado en el lugar donde las palabras solían fluir. La ausencia de la escritura ha dejado un vacío como una pausa prolongada en la melodía de la narrativa. Es un silencio que pesa, que se siente en el aire, cargado de historia no contadas y pensamientos no expresados.
El despertar de la inspiración
Pero Incluso en el silencio, hay un susurro, una chispa que persiste. La inspiración no se ha ido; simplemente se ha retirado a la sombra, esperando el momento de resurgir. Es en la inquietud donde escucho su llamado, suave al principio y luego cada vez más fuerte, hasta que no puedo ignorarlo.
El reencuentro con las palabras
Tomo la pluma, y con un trazo tembloroso, invito a las palabras a regresar. Una a una, se acercan, tímidas, probando el terreno familiar. Con cada palabra que se une, la conexión se fortalece, el lazo se rehace. La escritura, una vez más, se convierte en el puente entre mi mundo interior y la pagina en blanco.
La continuidad de la creación
La escritura es un acto de valentía, un compromiso continuo con la creación. Aunque la conexión se pierda temporalmente, siempre hay un camino de regreso. Las palabras, pacientes y fieles, esperan nuestro retorno, lista para contar las historias que solo nosotros podemos narrar.
Aquí te dejo algunos consejos y reflexiones para superar estos obstáculos:
1. Acepta tus sentimientos: reconocer que te sientes abrumada o desinteresada es el primer paso para superarlo. Aceptar estos sentimientos te permite abordarlos de manera constructiva.
2. Divide y vencerás: Si un proyecto parece demasiado grande, divídelo en partes más pequeñas y manejables. Esto puede hacer que el trabajo sea menos abrumador.
3. Cambia de escenario: A veces, un cambio de ambiente puede refrescar tu mente y mejorar tu concentración.
4. Busca el porqué: Reflexiona sobre las razones por las que el tema ya no te parece interesante. ¿Es el tema en Sí, o son las dificultades que estás enfrentando al escribir sobre el tema?
5. Permítete explorar: Si un tema no resuena contigo, Está bien explorar otro. La escritura debe ser una pasión, no una carga.
6. Encuentra tu ritmo: Todos tenemos momentos del día en los que somos más productivos. Encuentra el tuyo y aprovecha esos momentos para escribir.
7. Cuida tu bienestar: el agobio y la falta de concentración a menudo son síntomas de estrés o fatiga. Asegúrate de cuidar tu salud física y mental.
8. Vuelve a tus raíces: Recuerda por qué empezaste a escribir en primer lugar. Volver a tus motivaciones originales puede reavivar tu pasión.
Te quiero contar una anécdota: Recuerdo una vez que estaba trabajando en un artículo sobre una historia local. Al principio, estaba emocionada, pero pronto me sentía atrapada en los detalles y perdí el interés. Cada palabra era una lucha. Decidí dar un paseo por el vecindario en el que estaba escribiendo y, al hacerlo, encontré una pequeña cafetería escondida que nunca había notado. La conversación con el dueño y la atmósfera del lugar me dieron una nueva perspectiva y renovaron mi entusiasmo por el artículo.
En conclusión: La escritura es un viaje con sus altibajos. El agobio y la falta de interés son solo parte del proceso. Al enfrentar estos desafíos, recuerda que cada escritor tiene su propio camino único. No hay una sola manera de crear, y está bien tomar descansos, cambiar de dirección o buscar nuevas fuentes de inspiración. Lo importante es seguir adelante, con la certeza de que cada palabra que escribes te acerca más a la escritora que deseas ser.
Espero que estos consejos y reflexiones te ayuden a superar los momentos difíciles y encontrar nuevamente el placer de la conexión con la escritura.
Recuerda que la disciplina y la paciencia son tus aliadas en este proceso. Cada palabra que escribes es un paso adelante en tu camino como escritora. ¡ Animo!
María Ramos Tejada.
Educadora y escritora.
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Correo electrónico: mariaj.ramos.t@gmail.com
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