La Responsabilidad que exige Escribir: Un Arte y un Deber

 

En el vasto universo de las palabras, la escritura se establece como un arte y una responsabilidad. Al principio, creemos que solo necesitamos la imaginación para dar vida a mundos y personajes. Sin embargo, a medida que exploramos la creación literaria, descubrimos que su complejidad va más allá de la inspiración.

Aunque al principio pueda no parecerlo, cuando la pasión y la diversión son las únicas fuerzas que tenemos o nos guía al escritor principiante, hasta que esté poco a poco se interese en aprender el oficio, es cuando aceptará o verá que la cosa se le complica.

La pasión y la diversión nos impulsan al principio, pero pronto nos enfrentamos a la trama, la estructura, los personajes y el estilo. Entonces es cuando la escritura se convierte en un desafío que nos exige más que palabras.

Crear tramas bien anudadas. Como hilos en un telar, las tramas deben entrelazarse con precisión. Cada giro debe sorprender al lector, como si desvelamos un secreto ancestral.

Darle solidez a la estructura. Imagina tu historia como una catedral gótica. Los pilares son los capítulos, las vidrieras, los personajes y el arco de entrada, la primera línea. Cada elemento debe sostener el edificio con maestría.

Facetas de los personajes. Darle una faceta variada, múltiple, diversa a los personajes. No son solo nombres en la página, sino almas en busca de significado; son profundidad, contradicciones y sueños.

Las palabras son pinceles. Elige las adecuadas para pintar paisajes emocionales, no temas a las metáforas, a las imágenes que despiertan los sentidos.

Desarrollar un estilo personal. Tu voz es única. Cultivarla como un jardín secreto. Experimenta con ritmos, sonidos y giros inesperados. Sé tú misma, pero también sé todos los demás que habitan en ti.

Todos estos aspectos se suman a la complejidad para lo que parece sencillo, como idear o crear una historia y ponerla por escrito. Lo paradójico de esto es que escribir no se vuelve más sencillo con el tiempo y la práctica. Cuando más sabes de escritura, más te preocupas por la calidad de tu obra, más difícil se vuelve. Y esa idea nos lleva al tema sobre el cual quiero reflexionar: la responsabilidad que exige escribir. Te comento, “¿qué es cierto?” Tengo varios libros publicados y cada día me resulta más difícil escribir. Cada día leo, investigo, me preparo asistiendo a cursos, tengo más dudas, más sentido de responsabilidad. Un ejemplo: el primer libro lo escribí en dos meses, el segundo en un año y el tercero y el cuarto al mismo tiempo que se supone estoy más preparada. Pero en lo que sí estoy, Clara, es en el sentido de responsabilidad. Comprendí que para escribir no se trata solo de imaginación. A medida que entendemos y nos interesa la verdad de la creación literaria, comenzamos a ver su complejidad. Y nos sentimos responsables de entregar al lector una obra que tenga un argumento interesante, personaje bien trabajado, un lenguaje expresivo, calidad formal y estética, ideas bien expuestas…

En este blog hablaremos sobre cuatro motivos por los que escribir exige responsabilidad. Intención comunicativa, intención artística, llegar al lector y perdurar en el tiempo.

1. Crear obras con intención comunicativa. La primera responsabilidad del escritor es, asegurarse de que la historia sea contada y presentada ante el lector de un modo claro; No confusa ni enrollada, qué es tangible. Para lograrlo, la estructura, y la causalidad serán sus aliados.(Si estos aspectos no los dominas bien, puedes aprenderlos). El autor es responsable de las ideas que su texto transmite. Por eso los responsables aprenden y practican.

2. La intención artística. Una obra literaria es, también, una obra de arte. En ella debe existir una intención artística. La responsabilidad del escritor será transmitir su historia y la manera en que será contada debe tener cualidad artística. Y eso lo logra: el manejo del tiempo, el uso del narrador y la expresividad del lenguaje. Pero no olvides que el arte se emana de una mirada personal, del modo propio de ver el mundo y de plasmarlo después en palabras.

3. Llegar al lector. Este es el aspecto que más importancia le da a la responsabilidad del escritor. Cuando hacemos algo para los demás, es nuestra responsabilidad entregar un producto bien acabado donde demostremos nuestro esfuerzo. Cuando aspiramos a que nuestras obras sean leídas somos responsables de su calidad artística y comunicativa. Somos responsables de entregar al lector resultados más perfectos donde se nota la excelencia, la perfección, el esfuerzo, conocimiento, habilidades y capacidades, seamos capaces de intrigar. Y si dudamos de nuestras capacidades, habilidades y conocimiento seamos capaces de dar un producto digno, tener la capacidad de mejorarlo pensando en el lector.

4. Perdurar en el tiempo. Cuando como escritores nos tomamos en serio nuestro oficio, nos volvemos conscientes de que somos responsables de que con nuestro libro podemos llegar a miles de personas y que, además, pueda perdurar en el tiempo y extenderse a generaciones futuras. Estoy segura de que tu responsabilidad trasciende el presente y llegará al futuro en forma de legado.

En conclusión, la escritura no se vuelve más sencilla con el tiempo; al contrario, se torna un desafío mayor. Cada palabra pesa, cada frase resuena. Como escritora experimentada, comprendes la responsabilidad que implica. Tus libros son testigos de tu evolución, de la pasión que te impulsa a seguir explorando.

Por eso es que debemos tener la capacidad de transmitir ideas que puedan ayudar a las personas con intención artística, tener la capacidad de llegar a miles de lectores y perdurar en el tiempo, y volvernos conscientes como escritores de la gran responsabilidad que tenemos con nuestros lectores.

¡Adelante y éxito con la escritura!

Magíster. María Ramos Tejada.

Educadora y escritora.

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Puedes escribirme a mi correo electrónico mariaj.ramos.t@gmail.com





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