Un cuento de Navidad.
Era la noche del 24 de diciembre y la ciudad estaba cubierta de nieve. En una pequeña casa, al final de la calle, vivía un niño llamado Octavio, con sus padres y su hermano menor, Lucas. Octavio le encantaba leer cuentos de aventuras. A Luca le gustaba jugar con sus juguetes y ver dibujos animados. Sus padres trabajaban y no pueden pasar mucho tiempo con ellos.
Octavio y Lucas estaban muy emocionados por la llegada de la Navidad. Octavio había escrito su carta y la de Lucas a Papá Noel y las habían dejado junto al árbol. Octavio había pedido un robot, y Lucas había pedido un carrito y un libro de cuentos. También habían dejado unas galletas para Papá Noel y una zanahoria para su reno.
—¿Crees que vendrá Papá Noel esta noche? —Pregunto Lucas a Octavio mientras se acurrucaba en la cama.
— Claro que sí, Lucas. Papá Noel siempre viene con los niños que se portan bien. — le respondió Octavio con una sonrisa. —¿Y crees que nos traerá lo que pedimos? — insistió Lucas con ilusión.
— Seguro que sí, Lucas. Papá Noel sabe lo que nos gusta y lo que necesitamos — le aseguró Octavio con ternura.
Octavio y Lucas se quedaron dormidos, abrazados, soñando con La magia de la navidad. Lo que no sabían era que esa noche iba a ser muy especial. Una noche en la que sus deseos se harían realidad, pero no de la forma que esperaban. Una noche en la que conocerían a un personaje extraordinario que les llevaría a vivir una aventura increíble. Una noche en la que descubrirían el verdadero significado de la Navidad.
Mientras Octavio y Lucas dormían, una luz brillante entró por la ventana de su habitación. Era Papá Noel, que había llegado en su trineo volador tirado por ocho renos. Papá Noel entró a su casa con su gran saco rojo lleno de regalos. Se acercó al árbol y vio las cartas de los niños. Las leyó con atención y sonrió.
— Veo que Octavio y Lucas han sido muy buenos este año —dijo Papá Noel en voz baja. —Se merecen unos regalos muy especiales.
Papá Noel buscó en su saco y sacó dos paquetes envueltos en papel de colores. Uno tenía una etiqueta que decía para, “Octavio” y el otro para “Lucas”. Los dejó debajo del árbol junto a las galletas y las zanahorias. Luego se dirigió a la cama de los niños y los observó con ternura.
— Qué niños más dulces — pensó Papá Noel. Estoy seguro de que van a tener una navidad muy feliz. A pesar de que sus padres trabajan mucho, pero tienen a la familia, abuelas, primos, tías, tíos y muchos amigos.
Papá Noel sintió que debía hacer algo más por Octavio y Lucas que solo darles unos regalos. Quería darles una experiencia inolvidable. Quería llevarlos a su mundo mágico, donde podrían ver maravillas y vivir aventuras. Quería enseñarles el verdadero significado de la Navidad.
Papá Noel se acercó a la mesita de noche y cogió un polvo dorado que guardaba en su bolsillo. Lo esparció sobre los niños y susurró unas palabras mágicas.
—Que sus sueños se hagan realidad —dijo Papá Noel. —Que despiertes en el Polo Norte.
Papá Noel salió de la casa y se subió a su trineo. Miró por la ventana y vio que los niños empezaban a moverse. Sonrió y guiñó un ojo.
— Nos vemos pronto, Octavio y Lucas — dijo Papá Noel. — Los espero en mi taller.
Papá Noel chasqueó los dedos y su trineo despegó. La luz brillante se alejó por el cielo y la noche volvió a la normalidad. Pero no por mucho tiempo.
Cuando Octavio y Lucas se despiertan, se dan cuenta de que están en el Polo Norte. Ven la nieve, el hielo, los renos y el trineo de Papá Noel. Se asombran y se emocionan.
Octavio y Lucas encuentran una nota de Papá Noel que les invita a seguir unas huellas que los llevarán a su taller. Los niños siguen las huellas y llegan a una gran cabaña de madera donde hay muchos duendes trabajando. Los duendes lo reciben con alegría y le muestran como hacen los juguetes.
Papá Noel les explica a Octavio y a Lucas después de conocerlo en persona por qué los ha traído al Polo Norte. Les dice que quiere que vivan una aventura mágica y que aprendan el verdadero significado de la Navidad. Les dice que la navidad no es solo recibir regalos, sino también dar amor, compartir, ayudar y agradecer.
Papá Noel les propone una misión y se suben al trineo de Papá Noel. Empieza la aventura. Papá Noel los lleva a diferentes países y ciudades y le muestra sus costumbres, sus tradiciones, sus problemas y sus esperanzas. Les enseña a apreciar la diversidad y la riqueza del mundo. Les hace participar en la entrega de los regalos y les hace ver la felicidad de los niños que lo reciben. Les hace sentir el espíritu de la Navidad.
Fin.
La moraleja que nos deja este cuento de navidad. Es que la navidad no es solo una fecha para recibir regalos, sino también una oportunidad para dar amor, compartir, ayudar y agradecer. Es una época para valorar lo que tenemos y lo que somos, y para ser solidarios con los que tienen menos o sufren más. Es un momento para celebrar la vida y la esperanza, y para recordar que la magia existe si la buscamos con el corazón.
Espero que este cuento sea leído a los niños, para crear un precioso momento de unión familiar.
Feliz Navidad a todos y en especial a todos los niños del mundo.🎅🎄🎁
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Magíster. María Ramos Tejada.
Educadora y escritora.
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