La teoría de iceberg de Ernest Hemingway.
Qué es y cómo se usa para escribir.
Uno de los autores más influyentes del siglo XX, Ernest Hemingway, tenía un estilo narrativo muy particular, que él llamaba la teoría del iceberg. Consistía en usar una prosa precisa, sencilla y sin adorno, dejando que el lector imaginara lo que no se decía explícitamente. Algunas de las características de su Estilo son:
• El uso de oraciones cortas y simple, con un vocabulario claro y directo.
• La preferencia por los diálogos sobre la descripciones, creando un suspenso invisible.
• La omisión de detalles innecesarios o irrelevantes para la trama, dando importancia a lo que se sugiere o se insinúa.
• La influencia de su experiencia como periodista y corresponsal de guerra, que le hizo buscar la objetividad y la veracidad de sus relatos.
• la incorporación de elementos autobiográficos y de sus vivencias en diferentes países y conflictos armados.
El escritor Ernest Hemingway creó el principio del iceberg para explicar historias.
Las cosas que vemos, oímos o leemos son, en realidad, la capa más superficial de toda la historia que pudiera haber detrás. La vida de las personas se muestra como un iceberg, viéndose solo la punta del gran trozo de hielo.
Esta realidad es de la que se valió el famoso escritor Ernest Hemingway al escribir sus relatos, cuentos más bien cortos, con pocos detalles, pero con la información suficiente como para que fueran los lectores quienes rellenaran los huecos de la historia.
El principio del iceberg es una técnica literaria usada por el escritor estadounidense Ernest Hemingway. Se puede relacionar con prácticamente cualquier aspecto de la vida, en el que hay mucho más de lo que se ve a simple vista.
Su principio del iceberg es sencillo de entender. Según Hemingway, todo relato debe reflejar solamente una pequeña parte de la historia, dejando el resto de la lectura e interpretación de los lectores. Tal y como cuando vemos un iceberg flotar, lo que estamos viendo es solo su superficie, habiendo cerca el 90% del gran trozo de hielo sumergido, no visible a simple vista.
La historia no debe evidenciar el verdadero fondo gratuitamente, debe ser como ese iceberg, ser sugerido, hacer que el lector se fuerce para poder verlo. Con esto no hablamos de moraleja o doble sentido, aunque también se puede incluir en esta parte sumergida del iceberg.
Aplicando esta técnica, Hemingway escribía o pensaba primero un relato al completo y, después, cuando ya lo tenía todo conformado, con cada detalle y aspecto de la historia pensaba, eliminaba hasta el 80% de Su contenido, dejando única y exclusivamente lo esencial, con este método obligaba a los lectores a hacer el esfuerzo de rellenar con su propia interpretación los huecos dejados por el escritor.
Hemingway no eliminaba información de forma aleatoria. Seguía su propio criterio, uno tan sumamente bueno que fue el que hizo que pasara la historia de la literatura universal. El periodista eliminaba aquellas partes que consideraba superfluas y que no apuntaran o dirigieran a lo que quería que el lector entendiera. Aunque de modo sutil, conseguía que lo que ponía en la historia, al final del todo, llevara al lector hacia donde quería dirigirlo.
Como muestra de la teoría del iceberg te voy a dar un microrrelato de ejemplo que el propio Ernest escribió como respuesta o un reto que le proponía contar una historia en tan solo seis palabras:
Se venden. Botitas de bebé. Nuevas.
Seis simples palabras, tres frases, cuentan una historia completa. El texto solo narra que se venden unas botas de bebé, esa es la punta del iceberg. Por debajo de ella se esconde la tragedia de los padres que compraron esas botas para su hijo, que ha muerto sin llegar a usarlas.
Hemingway podría haber escrito: “El bebé había muerto. Los padres, compungidos, pusieron a la venta sus botitas en la sección de anuncios del diario local. No había llegado a estrenarlas.” Pero logró contar lo mismo en tan solo seis palabras.
Por tanto, mantén tu escritura, concisa, precisa, sobria. No te deshagas en palabras. Si puedes usar una frase, no uses dos; si puedes expresarlo con una palabra, no uses más.
En resumen, para aplicar la teoría del iceberg céntrate en lo importante, ten presente la punta del iceberg. Por supuesto, puedes conocer la mole acuática, pero no la viertas en el texto. Recuerda que en la literatura también se puede aplicar el minimalismo “Menos es más.”
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Magíster. María Ramos Tejada.
Educadora y escritora.
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