¡ENTRE EL PENETRANTE FRIO, Y EL CALOR EXTREMO!

Un día, se me ocurrió analizar estos conocidos términos, y pude comprender algunas cosas, en relación con la personalidad y la tendencia del ser humano. En esta breve explicación realice unas comparaciones entre ellos, y su conexión con algunos personajes.

Es bien sabido, que la temperatura interna y externa son motivo de preferencias y resistencia dependiendo de la adaptabilidad del hombre. De igual forma, sucede con los alimentos y las bebidas que degustamos.

Algunas personas nacen en regiones más frías y se adaptan de inmediato, en otra parte, el calor constante es parte de su entono inmediato, lo cual ayuda a vivir de manera normal.

Pero, ¿qué pasa entonces, cuando nos trasladamos a otro sitio, y no estamos acostumbrados? puede darse la adaptación en un tiempo cercano, o tener que devolvernos por no soportar esos grados tan altos, o tan bajos.

Luego, podemos darnos cuenta que con las comidas sucede lo mismo: algunos soportar el humo de la sopa hirviendo en su boca y no pasa nada. Otros, por el contrario: al morder el hielo cristalizado de un helado, los dientes se destiemplan y las fosas nasales parecen fumando.

Definitivamente, hasta en este aspecto existen diferencias y preferencias para cada ser humano. No importa si eres resistente al extremo frio, o por el contrario, el calor extremo no te deja sudando.

Esto, es solo un aspecto para entender que todos percibimos de manera diferente los obstáculos, que no siempre son tangibles al ojo humano, pero se llevan dentro de una serie de factores enclavados, en los códigos reservados…

Alexandra Cortes

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