8 DE OCTUBRE DIA INTERNCIONAL DE LA DISLEXIA.
Se conmemora el Día Internacional de la dislexia. Su primordial objetivo es visualizar uno de los trastornos de aprendizaje más comunes que afecta a los niños y niñas de edad escolar y que Según la OMS, afecta al 10% de la población mundial, lo que equivale que existen alrededor de 700 millones de personas que padecen dislexia.
Qué es la dislexia?
“la dislexia es una dificultad específica de aprendizaje qué afecta la adquisición de la lectura y la escritura”. ¿De acuerdo? ¿Qué significa una dificultad específica? Significa que tiene un origen neurobiológico.
¿Cuáles son las causas de la dislexia?
La dislexia no es una enfermedad. Es una afección con la que naces y por lo general es hereditaria. La mayoría de las personas disléxicas tienen una inteligencia media o superior al promedio, no son tontos, ni flojos, solo que ponen mucho esfuerzo para superar sus problemas de aprendizaje. La dislexia, según algunos estudios de investigación, está asociada a la manera como el cerebro procesa la información. Estas personas no usan la misma parte del cerebro que usan las personas sin dislexia. En otras palabras, su cerebro no funciona de manera eficiente cuando leen. Es por eso que la lectura y escritura parece un trabajo duro y lento.
¿Cuáles problemas tienen los disléxicos?
No se trata solo de aprender a leer y escribir. El lenguaje es innato. Aprender a hablar y a entender es algo natural, mientras que aprender a leer y escribir es una destreza, es algo que se aprende, no es innato. Todas las personas sitúan la lectura y la escritura en la misma área del cerebro. La dislexia es un problema que aparece en el aprendizaje, aunque su origen es biológico. Y el problema es mapear el símbolo con el significado fonético. Nosotros tenemos de forma innata fonemas (sonidos) en la cabeza, y de manera aprendida, los grafemas, las letras que hacemos equivalen a esos sonidos. El problema es transformar el fonema en grafemas, y al revés.
¿Qué tan común es la dislexia?
La doctora Sally Shaywitz, Codirectora del Centro para la Dislexia y la Creatividad de la Universidad de Yale, cree que del 80% a 90% de los niños que manifiestan dificultades con trastorno de aprendizaje tienen dislexia. Uno de cada cinco niños, ella manifiesta, que son niños con dislexia que no se diagnostican, y el fracaso escolar que se atribuye a factores ambientales o de inteligencia con frecuencia se debe a la dislexia no diagnosticada. Algunos expertos creían que la dislexia era más común en niños que en niñas, pero se ha comprobado que afecta a niños y niñas por igual.
¿Qué le pasa al cerebro de un disléxico?
En el cerebro de un disléxico no hay ninguna lesión. Simplemente hay algunas áreas (en concreto el giro angular y él áreas supra marginal ubicadas en la parte posterior izquierda del cerebro) que no están bien desarrolladas como las demás. Explica que, en realidad, en todos nosotros hay un área del cerebro mejor formada que otra. Eso explica, por ejemplo, porqué algunas personas son buenas o malas en música o deportes. Simplemente porque durante la gestación esas áreas se formaron mejor o peor que otras. La dislexia no está reñida con tener un alto coeficiente intelectual.
¿Cómo se detecta la dislexia?
1. “Luz Rallos, basada en sus pruebas y estudios de investigación, nos dice que se detecta por errores en la escritura. Actualmente la mayoría de las pruebas de dislexia se hacen observando el número de errores en escritura que cometen durante el tiempo que dura la prueba. Así de sencillo. Los disléxicos tienen falta de ortografía porque no las ven. Ahora estamos midiendo la lectura con Eye Tracker, un sistema que sigue tu mirada mientras lees”.
¿Cómo se diagnóstica la dislexia?
Las personas con dislexia logran vivir con ella, de tal manera que quienes las rodean no saben que tienen este problema. Hoy en día se puede obtener ayuda profesional, los colegios ya lo detectan a temprana edad, esto hace que la lectura y la vida en la escuela sea más fácil. A la mayoría de las personas se les diagnostica desde niños, pero no es inusual que se detecte en la adolescencia o cuando la persona es adulta. En mi caso fui diagnosticada a la edad adulta mayor, esto no impidió que fuera una alumna regular con notas regulares hasta la universidad. En los tres cursos de posgrado que realicé destaqué como alumna sobresaliente.
Para un diagnóstico más completo se debe realizar una evaluación física, que incluya problemas de vista y audición para descartar que existan problemas médicos. El psicólogo o el especialista de dificultades para el aprendizaje deben hacer varias pruebas para valorar lenguaje, lectura, ortografía, escritura y medir capacidad intelectual.
El maestro o profesor es quién tiene más posibilidades de ayudar a detectar porque conoce las particularidades de sus alumnos por su comportamiento general en clases y puede observar el ritmo o forma de estudio. Es el docente quien puede dar cuenta con veracidad de los problemas de sus estudiantes en la lectura y en la escritura. Los niños lo manifiestan en un modo diferente según la edad en que se está desarrollando.
Cuanto antes se diagnostica al niño con dificultades específicas de aprendizaje, se podrá conseguir ayuda más rápido y adecuada para él, y serán mayores las posibilidades de superar su dificultad. En este sentido, la opinión de los padres tiene un valor incuestionable, porque son los que conocen mejor a sus hijos, pero si desconocen los aspectos básicos de esta afección será poco lo que puedan aportar para ayudarlos.
Si le parece o sospecha que algo va mal, seguramente usted tiene razón. Ocultarlo o hacerse la vista gorda solo le hará perder el tiempo y agrava el problema. Cuando se sospecha que puede haber un problema educativo, no lo ignores. Busque ayuda de personas cualificadas que puedan realizar una evaluación completa de su hijo. Si todo sale bien, usted y su hijo se sentirán más tranquilos y seguros. Si se diagnostica alguna dificultad, se tendrá la tranquilidad de saber la situación en que se encuentra.
Como los padres están implicados emocionalmente, no son siempre las personas más indicadas para ofrecer una ayuda educativa adicional. Lo mejor en estos casos, si se tiene posibilidades y se puede, es recurrir a las clases particulares con especialistas cualificados.
Nunca olvidemos que los niños y niñas con dificultad para el aprendizaje requieren con mayor atención lo que todo niño debe tener: amor, aceptación, protección, disciplina y libertad para crecer y aprender.
Es conveniente aclarar que la dislexia no es nada malo. Para mí fue una bendición la ayuda de mi familia y, en especial, la de mi abuelo y tíos. La ayuda de los padres, tutores y educadores es vital para enseñarles a las personas disléxicas cómo es que deben aprender. Por eso, les recomiendo a los padres que supervisen y estén pendientes de los llamados de los maestros o profesores.
No sirve de nada maltratar o frustrar al niño o niña creyendo que su falta de atención es por no tener interés. Recuerden que hacemos mayores esfuerzos por aprender, estudiamos más y practicamos más, pero no logramos pasar con notas sobresalientes. Lo que más conviene es felicitarlos porque muchas veces pasan la tarde estudiando, haciendo tareas y esforzándose para obtener un resultado bueno o regular, pero no sobresaliente. Indiscutiblemente, es un esfuerzo que debe ser tomado en cuenta y valorado.
Estoy Segura de que si viéramos lo que sienten o aprendiéramos a interpretar esa mirada perdida cuando el maestro explica algo que considera obvio y fácil, pero que el niño a veces no entiende, pudiéramos darnos cuenta de que algo pasa y la búsqueda del diagnóstico sería más rápida.
Si el maestro o profesor es empático y está claro de lo que tiene el niño, seguro sabrá ver la mirada por las mañanas al sacar sus cuadernos de apuntes y ver que hizo el ejercicio o la tarea, pero el cuaderno lo dejó en casa y tomó el que no debía meter en la mochila, o cuando él responde un examen y cree que todo le salió bien, luego se percata de que confundió las preguntas. Por supuesto, ya no puede saber cómo salió, si le dice al maestro o profesor y este lo entiende y le dice que no pasa nada, que se quede tranquilo, para que el niño se sienta calmado, seguro y quiera seguir aprendiendo. Ante esta problemática se requiere educadores que sean capaces de tener una visión sobre el alumno y sean capaces de visualizar lo que no se ve, capaces de ver el potencial de un estudiante que debe hacer el doble de esfuerzo para aprender. Educadores que gracias a su empatía les enseñarán a sentir lo que piensan y no ser en todo racional a poner corazón y sentimientos, a ser más humanos. Que sepa que de nada le sirve hacer que un estudiante se sienta frustrado o desesperado, solo le sirve para que se bloquee y no avance. Pero si a cambio le da oportunidades para sentirse confiado, seguro y le motiva conseguirá qué avance y aprenda más rápido. Le estaría dando confianza para crecer en su potencial, de apostar por que realmente puede y lo va a lograr.
Así, sentirás orgullo de tu desempeño como docente, pensando en las cosas buenas, en el curso, que vamos a trabajar en equipo alumno, profesor, representantes y luego sentirás orgullo por los resultados de tu profesión como docente. Todo esto lo hablo desde mi propia experiencia, con mucho ánimo, paciencia, empatía y mucho humor. Con este tipo de metodologías los alumnos y representantes vivirán tranquilos con dislexia, pero seguros de sus fortalezas para llegar a la meta juntos.
Recuerda , eres único, eres única y esta semana lo celebramos, 8 de octubre, día internacional de la dislexia.
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Recuerda que puedes contactarme para cualquier duda, consulta o reflexión sobre este tema.
Magíster. María Ramos Tejada.
Educadora y escritora.
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